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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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20 de junio de 2006

EL MUNDO DE FRAM RAMÍREZ



O uno vive a la sombra de todo lo que ocurre, o sucede, sin más, que andamos embutidos en nuestras propias cosas, si ver que, a nuestro lado, hay vida inteligente, por supuesto, y mucho más talento del que cualquiera sea capaz de imaginar.
Empiezo de este modo porque me veo asaltado por la sorpresa y acaso me reprocho no caminar despierto por la vida, atento a los prodigios que, agazapados en el yo más íntimo de los otros o apartados de nuestra personal trayectoria, se manifiestan ahí mismo, delante de nosotros, con esa misteriosa sencillez que acompaña a lo portentoso.
Más allá de preámbulos y consideraciones, conocí a Fram Ramírez hace sólo unos meses. Hablo de conocerlo en presencia y figura, que dijese San Juan de la Cruz, relacionando ambas con un nombre que escuchara en alguna ocasión.
Alto, delgado, pálido, con el toque hierático y fascinante de algunas figuras egipcias, cubría su cabeza, protegiéndose del frío y la humedad, con un gorro de lana, caminando a zancadas bien medidas y armónicas, con la rara elegancia de quien tiene por hábito la belleza, no importa dónde se halle ni de qué modo se manifiesta.
Y, por fin, penetré en el secreto a voces de su arte, que me brindó un pretexto para, tras muchos años, seguir descubriendo esta tierra, con sus raros caminos y vericuetos, que conducen a extraños lugares y monumentos que nadie ve.
Procedente del ámbito del cómic –él mismo lo confiesa-, trasladó a la informática su pasión por la imagen e indagó en este medio los cauces expresivos necesarios para contar historias, significar ideas y sentimientos, y, en suma, comunicar a sus semejantes una visión del mundo, la historia, el paisaje, en un idioma nuevo y diferente, que consiga captar nuestra atención e interés, trabajándonos algo tan complejo como la sensibilidad.
Hay que herirla. Quien no sienta en sus carnes el restallar del látigo, no podrá sumergirse en el abismo de sensaciones que ésa u otra experiencia llevan en el magín. No es de extrañar por ello que los seres que pueblan sus montajes exhiban ciertas ínfulas sadomasoquistas, metáfora sin duda de la relación del hombre con un sistema político y económico que, paradójicamente, nos quita la vida a cambio de bienestar.
Partiendo de esta base, las ruinas romanas de Carteia y las industrias que las rodean configuran un territorio mítico, donde la arquitectura de las fábricas, con sus hierros torcidos y humeantes, flanqueadas por un bosque de chimeneas, se muestran como enormes catedrales, levantadas a dioses sombríos.
Recorrer sus alrededores supone desplazarse al imperio de la imaginación. La enorme maquinaria de esos templos metálicos parece respirar y se oye, en efecto, su herrumbroso ronquido, mientras lenguas de fuego ondean como grímpolas. La escena está servida y Fram la llenará de personajes, seres elementales, casi estatuas de carne, cuyos cuerpos desnudos muestran una apariencia genesíaca que nos transporta a un mundo en constante renovación.
Un mundo que proclama su belleza, allí donde la vista sólo percibe desolación. A veces, los artistas nos hacen descubrir estos encantamientos.
© Domingo F. Faílde
© Diario Europa Sur. Algeciras, 05-06.06.-