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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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18 de junio de 2009

Anoche, en Jerez. Poetas y artistas rindieron un emotivo homenaje a Mario Benedetti















Ayer, a la caída de la tarde, tuvo lugar en el salón de usos múltiples de la Escuela de Hostelería un acto literario, como homenaje póstumo a Mario Benedetti. Participaron en él poetas y artistas, que leyeron sus propios versos y los del autor homenajeado: Álvaro Quintero, Dolors Alberola, Mariano Rivera Cross, Javier de Miguel Cuesta, Silvina Sayago y Susana Díaz Artidiello, arropados por el público, muy numeroso, que asistió al evento.
Las palabras de Álvaro Quintero, justificando el homenaje que, en Jerez, como en otros muchos lugares de España y América, se tributa al poeta Mario Benedetti, recientemente fallecido, dieron paso a la intervención de Domingo F. Faílde, que efectuó un sucinto recorrido por las claves estéticas del gran escritor uruguayo: Quién era Benedetti; que tenía este hombre, arrancado de cuajo de las aulas para ganarse el pan; qué fuerza irresistible lo condujo en volandas a la guerrilla urbana, de la guerrilla urbana a la Universidad, de la Universidad al exilio, del exilio a la gloria. Será, sin duda alguna, que habrá grandes poetas en el mundo y muchos, incluso, mejores que él; pero él, Benedetti, supo ir más allá, fue otra cosa y el misterio de la poesía lo convirtió en poeta necesario, poeta imprescindible, una voz esencial que, por encima de estéticas y modas, conectó su clavija en las entrañas del pueblo, la gente común, el ciudadano anónimo que no entiende de versos, pero que, sin embargo, escucha con asombro esas palabras que lo nombran e identifican, que le hablan de unos anhelos íntimos jamás expresados, que le abren de par en par su mundo como los gajos de una naranja.
Faílde destacó, junto al compromiso vital, político y ético del poeta, su virtuosismo lingüístico, capaz de convertir el lenguaje vulgar de la gente e incluso las jergas locales porteñas en vehículo de poesía y ser, al mismo tiempo, el pregonero lírico de las aspiraciones colectivas.
Se refirió, por último, a los temas, sociales, metafísicos, etc., y la ironía inteligente con que solía abordarlos. Su Inventario -dijo-, ampliado y reeditado hasta la saciedad, es el más luminoso exponente de su poética. La poesía, entre otras cosas, viene a ser un recuento de todo lo que existe, un pasar lista a la realidad, sabiendo que tanto lo presente como lo ausente forman parte del mundo y afloran a cada instante, no sólo en nuestra cultura material, sino también y sobre todo en el legado de la experiencia humana: la historia y su dialéctica, que nos ata a lo bueno y hermoso del pasado, nos incita a corregir los yerros y nos proyecta hacia el porvenir.
Benedetti -añadió- es un poeta del amor, pues éste es la sustancia que unifica su obra; un amor que es placer, desde luego, y sexo y ternura, naturalmente, pero, por encima de todo, complicidad y solidaridad entre iguales: la gran fiesta de la vida.    

Redacción.-