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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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21 de mayo de 2010

Pere Gimferrer: conferencia y lectura poética. El autor de "Arde el mar" fue presentado por el poeta José Luis Rey


Los protocolos institucionales, que en esta ocasión corrieron a cargo de la Sra. Barroso, concejal de cultura del Ayuntamiento jerezano, dieron paso a las palabras del poeta cordobés José Luis Rey, quien tuvo sobre sus hombros la responsabilidad –también un privilegio- de presentar a Pere Gimferrer.  
No era fácil empeño, éste de abrir el fuego de una velada, que resultó brillante. Presentar a un poeta de la talla de Gimferrer no es tarea que se salde con un poco de oficio y un léxico de gala para consumo de recién llegados, menos aún si el público asistente estaba compuesto en su mayoría por poetas, escritores, catedráticos de literatura… entendidos, vamos. Por eso, José Luis Rey, estudioso avezado del autor catalán, trazó su recorrido con rigor crítico, en un formidable discurso.  
Pere Gimferrer dio comienzo a su intervención con una intencionada referencia a su último libro, es decir, al que está preparando en la actualidad, sometido aún, por tanto, a correcciones, siempre en busca de la palabra, esa palabra fundadora y definitiva, a bordo de la cual navega la poesía, el único género –dijo- que es lo que es y no puede ser otra cosa.  
Sentado esto, el poeta saltó a sus orígenes y se detuvo en la educación sentimental de su generación, a través de lecturas y autores que marcaron la suya propia: Lazarillo de Tormes, el Quijote, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, Lope de Vega, Calderón de la Barca, fueron el sedimento donde se posaron voces tan esenciales como las de Góngora, Rimbaud, Rubén Darío, Rilke, Kavafis o Eliot, pasando por la Eneida de Virgilio o el Dante de la Divina comedia. Góngora, sobre todo, como creador de un lenguaje poético, cimentado en la palabra, y Rubén, por su ritmo y musicalidad.  
Como ya hiciera su presentador, salió al paso de tópicos y prejuicios que etiquetan su obra como culturalista. La poesía –manifestaron ambos- se inscribe en la vida y la cultura constituye un cauce para expresarla en toda su intensidad y belleza.  
Para ilustrar lo expuesto, concluyó con la lectura de una espléndida selección de poemas, entre los cuales no pudo faltar su célebre Oda a Venecia ante el mar de los teatros. Una joya, sin más.  
            
Redacción.-