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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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10 de septiembre de 2010

Versos noctámbulos. Lectura poética de Domingo F. Faílde y Mariano Rivera Cross


En opinión de Dolors Alberola, que anoche actuó como lúcida pregonera del acontecimiento, los poetas intervinientes, pese a sus diferencias estéticas, tenían bastantes rasgos en común, tanto por razones de índole cronológica (los dos pertenecen –dijo- a la generación que unos llaman del 70, otros del 68 y algunos, los más beligerantes, del Mayo francés. La edad, naturalmente, impone estos criterios de entomólogo, porque la historia tiende a resumir y la poesía, en estos tiempos de aburrimiento, escasez de recursos y regalías, se refugia o esconde en esos desvanes literarios que, a la larga, son las antologías), cuanto por su condición de docentes, ya gozosamente arrumbada en otro desván, el de la jubilación, dicho sea con la bula, la venia y las bendiciones de los que aspiran a plagiar a Monsieur Sarkozy. Profesores los dos y de literatura, especialidad que eligieron –estoy casi segura-, como tantos otros, por amor a los grandes maestros y, sobre todo, porque les permitía pasar toda la vida –horario laboral incluido- enganchados al verso, la prosa y demás aditamentos propios de su mester. Los dos, naturalmente –añadió-, piensan que la poesía es un salto mortal con tirabuzón, una especie de más difícil todavía, sin más red que la imprescindible: el rigor de la forma, como herencia de la tradición y la superación de la experiencia individual en materia poética, es decir, creacional, que abra nuevos mundos y ofrezca nuevos rumbos al hombre y la mujer de su tiempo.    
Acerca de Domingo F. Faílde, afirmó que persona y personaje, realidad y literatura, se mezclan con frecuencia y brindan pistas falsas a quien quiera escucharme. El poeta, como dijo Pessoa, es un fingidor, pero no necesariamente un embustero, y creo en ocasiones que, si algo pierde a Faílde, es su sinceridad, por más se maquille y aderece con las mil y una trampas de la literatura.    
Tras glosar su currículum literario, destacó su talante escéptico y recurrió a una cita de Alberto Torés para resumir las líneas esenciales de su poética: La poesía de Domingo Faílde edifica una teoría de la nostalgia, sin olvidarse de ir trazando un diagnóstico escalofriante de la infinidad del hombre, que se resiste, pese a todo, a que el fuego haya sido inútil cuando fue, otrora, tan extenso e ilímite el resplandor. Es muy cierto que el vitalismo, la melancolía, la tristeza, el sentimiento de inutilidad y fracaso de toda una generación, -la que se abrazó a Mayo de 68, (con todos sus errores y también con todos sus aciertos)-, configura en gran parte su poética.    
Por su parte, Mariano Rivera –cuyo currículum también explicitó la presentadora- explora a través de sus versos el sentimiento de orfandad que se asienta en el género humano, libre acaso de dioses, mitos, preceptos y temores, pero no menos desamparado y vacío. Cree por ello tal vez la finalidad de su poesía es alcanzar un equilibrio, una armonía entre los dos grandes componentes del ser humano: la razón y el sentimiento.    
Esta visión comporta un cierto misticismo, una mística de nuevo cuño, que le lleva a la convicción de que la poesía, tal vez, deba reemplazar a la religión, pues los dogmas tienden a la inmovilidad mientras que la poesía tiende a reflejar y aun celebrar el cambio. Y ese cambio, como cabía esperar se trasluce en la forma y en su propia relación con el lenguaje: En cuanto a la forma y al lenguaje poético –dijo en otra ocasión-, no existe un material específicamente poético, puesto que el mundo entero es material para la poesía. No obstante, exige el empleo de unas imágenes y un lenguaje acorde con su época. No olvidemos que toda poesía es poesía experimental, puesto que todo poema no deja de ser una lucha con el tiempo en todas sus dimensiones: históricas, vitales, metafísicas y existenciales, aún sabiéndonos perdedores.    
Los poetas, con su veteranía, realizaron una lectura serena, reflexiva y brillante, a cuyo término el público –mayoritariamente poetas y amigos- solicitó que leyeran otros textos, con los cuales concluyó el acto.    
    
Redacción.-