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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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19 de octubre de 2011

Noches de Babilonia. Dolors Alberola y Josefa Parra inauguraron anoche un ciclo dedicado a la poesía erótica


La presencia del sexo en el arte es un indicador de la salud mental de una sociedad. Los países que viven sometidos a alguna forma de dictadura, ya sea política o religiosa, proscriben su presencia y una férrea censura excluye cualquier obra que contravenga la prohibición. Sin embargo, cuando una sociedad o cultura recluye el erotismo en un género literario, como en una reserva india, bien podemos hablar de hipocresía, de libertad bajo tolerancia o de puritanismo disimulado. La existencia de una literatura erótica constituye una forma de exclusión o segregación. Cuando el sexo y su práctica son libres y espontáneos, despojados de falsos tabúes y ancestrales prejuicios, hablar en un poema del orgasmo sería tan normal como abordar problemas existenciales o ensalzar la pureza primaveral de un lirio: la denominación de origen poesía erótica no tendría razón de ser ni existir. Con estas palabras inició Domingo F. Faílde la presentación de Noches de Babilonia, un breve ciclo de poesía erótica, que se celebra en el Café-Bar DamaJuana, de Jerez, y sucede a La Voz y la Palabra, ya concluido.   
Pero las protagonistas indiscutibles de esta velada poética, que congregó a un público numeroso y evidentemente entendido, fueron las dos poetas. Josefa Parra y Dolors Alberola derrocharon ingenio, inspiración y maestría, incluso domeñando un lenguaje que la preceptiva convencional acostumbra a excluir del discurso poético. Una y otra sacaron del magín su vena juglaresca y adobaron con sabias dosis de humor la lectura al alimón de unos poemas que, densos y sugerentes en ocasiones y, en ocasiones, algo más explícitos, divirtieron al auditorio.     
Dolors Alberola y Josefa Parra, que ya habían ocupado esa misma tribuna y a quienes los amantes de la poesía conocen sobradamente, demostraron, una vez más, ser dos voces señeras e imprescindibles, cuya palabra, sin lugar a dudas, no deja a nadie indiferente. Ellas llenaron la noche con la belleza y la magia de la poesía bien hecha.      

Redacción.-