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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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1 de mayo de 2012

Dolors Alberola, José Cercas y Rumorvisual en la Feria del Libro de Olivenza


                Fue don Dionis I, rey de Portugal, quien, allá por el siglo XIV, ordenó construir el enorme castillo de Olivenza, una plaza fortificada que había pertenecido a León, a Castilla y a los templarios. La ciudad, desde entonces, sería como una pelota de tenis, en un partido político y militar disputado, hasta 1801, por España y sus vecinos. Manuel Godoy, el gentil guardaespaldas y amante de la reina –María Luisa de Borbón-Parma, prima y esposa de Carlos IV-, que lo ennobleció con títulos y prebendas, llevó a cabo la anexión, poniendo fin a la esperpéntica Guerra de las Naranjas.
                Los actuales olivencianos no recuerdan quizás aquellos avatares, pero guardan memoria de su antigua lusitanía y no es raro que algunos hablen en portugués o los delate su acento. Monumentos manuelinos, cerámica de allende la frontera y el nombre de las calles en uno y otro idioma certifican la movida historia de la bella ciudad.
                Esta fusión o, mejor, hermanamiento se extiende a la cultura. Hace un año, aproximadamente, se celebró un encuentro de poetas extremeños y portugueses, del que aún se habla con satisfacción.
                En otro orden de cosas, la semana pasada tuvo lugar la feria del libro, que culminó el domingo con la presentación de algunas obras publicadas por la editora cacereña Rumorvisiual. Dana o la luz detenida, de José Cercas, Sobre la oscuridad, de Dolors Alberola, y la novela Curvas de la Habana, de Alberto Navalón, protagonizaron la ceremonia de clausura, que a causa de la lluvia –nunca a gusto de todos, como mandan los cánones- hubo de refugiarse en la Biblioteca Municipal, un espléndido marco, mucho más adecuado a la índole del evento que el previsto por los organizadores y que además –esto es importante- vio desbordado su aforo, no desdeñable por cierto.
                Si siguen así las cosas, tanto Dana como Sobre la oscuridad no tardarán en agotarse. En los tiempos que corren, casi un milagro.

Redacción.-