Maribel Tejero,
que acaba de regresar de tierras segovianas, donde presentó Deshacer la memoria
y rubricó ejemplares en la feria del libro, hizo otro tanto anoche en esa
mágica Alejandría que enciende en Cádiz el faro de la cultura. En dicha
librería, arropada por la palabra de Domingo F. Faílde y la presencia cálida de
sus amigos gaditanos, dio a conocer su libro a los lectores de la capital.
Una vez más,
Faílde destacó la importancia de la memoria en la literatura contemporánea y el
potencial histórico de la misma, para oponerle la dramática situación de
pérdida en que viven los enfermos de alzhéimer. Perder la memoria –dijo-
equivale a precipitarse en los abismos de la destrucción. Y Maribel Tejero
desgranó su discurso poético, que navega entre la ternura y el dolor, la
contemplación del pasado feliz y la crítica de un presente angustioso, para
entonar al fin un canto de esperanza, creíble justamente por su utopía.
La velada fue
hermosa, rematada después con buenos caldos y las pequeñas exquisiteces de la
tierra y el mar.
Redacción.-