Anoche, en Damajuana,
tuvo lugar la presentación del libro Mujeres
que aman a mujeres, antología de poesía lésbica realizada por la poeta y escritora
Carmen Moreno, libro al que Domingo F. Faílde, en sus palabras de presentación,
calificó como uno de los más bellos de cuantos este año cayeron en sus manos. Luego,
al relacionarlo con la Casa de las servidoras de las Musas, que en Lesbos dirigió
Safo, pasó revista a sus antecedentes griegos, en vista de los cuales reconoció la existencia
de una literatura lésbica, corriente en que se inscriben los poemas seleccionados.
Tanto el como la autora
dejaron claro que éste no es un libro de poesía erótica, por más que algunos textos
pudieran insertarse en esa línea: De hecho -dijo Carmen Moreno-, en esta antología les propuse a mujeres de
este país, reconocidas y jóvenes que participaran y dijeron que no, que no
querían que la gente supiera que eran lesbianas aunque, de alguna manera, lo
sepan. O también algunas decían que no querían que se les encasillara como una
poeta lesbiana, que es algo un poco absurdo, porque en esta antología creo que
sólo hay un par de autoras que se dedican exclusivamente a la poesía lésbica,
el resto no, el resto hacen temática diversa. También, la verdad, quería ver
quién se atreve a decir soy lesbiana, que no es tan fácil.
Sentado lo anterior, el criterio de la selección es
la calidad. Se pretende que las autoras respondan a un nivel de excelencia que
previamente han acreditado a través de
su obra publicada y que comparezcan ante el lector con los temas que
habitualmente abordan en su poesía, bastante variados por cierto. Quien se
adentre en las páginas del libro encontrará, según la propia antóloga, ante todo buena poesía. No creo que nadie
se acerque al libro por morbo, más que nada porque es un género que no tiene
muchos lectores, pero los que tiene son inteligentes y fieles. Los que lean
“Mujeres que aman a mujeres” van a encontrar poemas sobre el tiempo, el amor,
la pérdida, la mirada íntima… Insisto, buena poesía. También el deseo, sí, y
algunos con mucho sentido del humor que es algo que no se le suele presuponer a
un poeta.
Tras las glosas y comentarios correspondientes, llegó
la hora de la poesía. Intervino en primer lugar Josefa Parra, que leyó los poemas
de su autoría. Josefa Parra –había dicho Carmen Moreno- es un referente para mí. La conocí cuando yo tenía dieciocho años y
ella acababa de ganar el Loewe. Desde el primer momento me deslumbró la
sobriedad de su verso que para nada es parco, sino que goza de aquello que los
clásicos perseguían: elegancia. Lo demostró con creces.
Luego, la propia antóloga leería un poema de cada una
de las seleccionadas, haciéndolos preceder de sabrosos comentarios y anécdotas curiosas
sobre la confección del libro; en total, once poetas –diez españolas y una cubana
residente en México-, nacidas entre 1965 y 1990, ordenadas cronológicamente, de
mayor a menor: Josefa Parra, Odette Alonso, Ana Tapía, Txus García, Begoña
Callejón, Laura Cancho, Mado Martínez, Laia López, Verónica Aranda, Ana
Rodríguez Callealta y Ruth Llana. Se trata, pues, de autoras cuyas edades las
emplazan en la más absoluta contemporaneidad, aunque entre ellas comparezcan al
menos dos generaciones y, como no podía ser menos, diferentes estilos, pues no
en vano ser poeta implica una voz propia.
Como colofón, no podemos obviar la gran acogida dispensada
por el público a Mujeres que aman a mujeres.
Un éxito rotundo.
Redacción.-