Las poetas Carmen
Sáiz Neupaver, Isabel de Rueda, Maribel Tejero, Dolors Alberola y Josefa Parra,
que organizó el evento, se dieron cita anoche en El Guitarrón –otro bar
jerezano, que incorpora la literatura a su actividad- y ofrecieron una lectura
titulada Poetas y viajeras, dentro del ciclo Letras peregrinas, que tiene como finalidad llevar la literatura a
ámbitos más alternativos, más cercanos a la ciudadanía, como locales de
restauración, asociaciones, colegios, e incluso espacios públicos. Millye y
Luna pusieron música al acto, que giró en torno a un tema recurrente, el viaje,
un concepto sugestivo y amplio, susceptible de ser interpretado como metáfora
existencial o en su acepción estrictamente denotativa, generalmente gozosa,
trasladando al auditorio, muy numeroso por cierto, a países, ciudades y otros
emplazamientos reales o imaginarios, donde perderse o encontrarse, evadirse de
la realidad o topársela en una esquina. Todo con la palabra como vehículo
esencial de la experiencia humana y, desde luego, de la imaginación.
La lectura fue
breve o, al menos, supo a poco. Buena señal, sobre todo en los tiempos que
corren: a mal tiempo, magnífica poesía,
podríamos decir al cierre de la sesión, tras haber escuchado a las autoras y
oído los comentarios del público; alta poesía, sin duda, intensa y apasionada,
que gustó y convenció. Nadie podrá negar a estas alturas la aportación de
nuestras poetas a la literatura ni los muchos quilates de su voz lírica.
Al principio de todo fue el largo viaje,
escribió en un poema el griego Yorgos Seferis. Éste, el de la palabra viajera,
comienza a cada instante.
Redacción.-